"De cuál de los sentidos goza el alma pero no el cuerpo?. Del olfato"(Berajot 43 B). En otras palabras el olfato es espiritual. Así intentamos revivir a una persona que se desmayó dándole a oler sales, porque el aroma llega hasta la esencia del alma, que jamás está inconsciente. El alma infunde luego nueva vida al cuerpo.El sentido del olfato simboliza, por lo tanto, la aptitud de alcanzar la esencia de todas las cosas, mientras que otros sentidos solo transmiten una impresión parcial. La justicia actual se basa en la evidencia y el testimonio, es decir la vista y el oído.En consecuencia el cuadro que el juez tiene del caso es a menudo parcial, superficial y nunca está seguro de que su veredicto es correcto. Los jueces tampoco pueden desentrañar que determinó que los litigantes actuaran del modo en que lo hicieron. En contraste el Mashiaj juzgará por el "olfato"al indagar la esencia del caso.No solo le serán revelados todos los detalles relevantes y desenmascarará cualquier perjurio y mentira, sino que comprenderá su trasfondo psicológico. Este sorprendente sentido del olfato lo capacitará para identificarse con los acusados, sosteniendo el principio de Hilel: "No juzgues a tu prójimo hasta no estar en su lugar.El Mashiaj excluirá mediante su olfato al pseudo-justo y detectará el mal latente del que hasta el transgresor mismo puede no ser consciente.Por el contrario, al sondear las profundidades de la personalidad del transgresor, será capaz de encontrar mérito en él y determinar, por ejemplo, que su inclinación hacia el mal simplemente se apoderó de él.En resumen la justicia del Mashiaj será absoluta.
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