¿Por qué está la Torá tan obsesionada en censar al pueblo judío? Parece ser que entre cada episodio dramático de la historia antigua de Israel, la Torá se toma un descanso para censar al pueblo, como si este tema recurrente conecte de alguna manera a todos los eventos que se revelan. ¿Cual es el mensaje? ¿Debemos ignorar nuestra individualidad y resignarnos al hecho que somos solamente un número? Según la Cabala hay, de hecho, una ventaja en ser un número. Las diferencias entre personas, las variaciones
de carácter e idiosincrasias que nos separan en nuestras ocupaciones y nuestros puntos de vista, son meramente externos. Son las revelaciones del alma, la manera en que el alma se manifiesta en la personalidad, el intelecto o en la composición emocional de la persona. Esto no es el alma misma. La esencia de todas las personas es igual. No diferentes sino iguales, simplemente iguales. En otras palabras, todos somos como un gran alma dividida en muchos cuerpos y experiencias. Cuando nos enfocamos en el alma podemos fácilmente superar nuestras diferencias, ya que al nivel del alma estas diferencias no existen. Por lo tanto, enfocarnos en el alma revela la unidad del pueblo. Y de manera inversa, enfocarnos en la unidad revela al interior del alma, que es de lo que se trata la era del Mashiaj. El conteo del pueblo tiene como propósito resaltar este origen espiritual común que todos compartimos, la unidad que es la fuente desde la cual cada uno de nosotros obtiene fuerza como personas individuales. Todos importamos y el conteo está allí para recordarme cuan único soy yo en realidad; al igual que todos los demás.Colabora con la web y dona a través de PayPal al usuario vienemashiaj@gmail.com
