la lección a aprender de ese mesianismo no es la de dejar de creer en el Mashiaj. Por cierto, se debe creer, pero esta creencia debe estar basada en las definiciones de la halajá, no en el fervor vacío. Y ciertamente no hay nada impropio acerca de la posibilidad de identificar a un tzadik contemporáneo como el Mashiaj. En Igueret Teimán, Maimónides da a entender que la gente del Yemen no cometió error alguno al considerar Mashiaj a alguien; su error fue elegir a un candidato descalificado. Maimónides indica que seremos capaces de identificar al Mashiaj por su personalidad y acciones (es decir no precisamos señales y maravillas). También en la era del Talmud ciertos eruditos consideraron a sus maestros como potenciales mesías. (Sanhedrín 98 B). Así el Talmud registra que los eruditos de varias casas de estudios afirmaban que el nombre del Mashiaj era el mismo que el de sus respectivos maestros, sugiriendo de este modo que cada uno de ellos consideraba a su maestro como la persona digna de ser el Mashiaj. Rav fue más explícito: "Si es una persona viva en este mundo, entonces es Rabí Iehuda HaNasí". Rashi explica que si el Mashiaj es uno de los que están vivos en la actualidad, entonces es por cierto él, porque sufre dolencias y es extremadamente piadoso". Tenemos aquí, entonces, a uno de los más prominentes emoraím, Rav, afirmando categóricamente la identidad del potencial Mashiaj de su generación.
Colabora con la web y dona a través de PayPal