no debe desestimar los estragos de ikveta dimeshijá (talones de Mashiaj) como naturales en el proceso de la gueulá. Aunque son señales promisorias, de todos modos son estragos. En consecuencia, debe combatir el mal y la desesperanza con plegarias y mitzvot, disipar la oscuridad con luz. Como afirma el Talmud: ¿Que debería hacer el hombre para evitarse los dolores de parto del Mashiaj? Que se aboque a la Torá y a actos de benevolencia"(Sanhedrín 98 b). Torá, caridad y creencia fortalecida en la redención nos evitan sus dolores de parto y aceleran el nacimiento. Pero cuando se incrementa la oscuridad, debemos comprender que la gueulá está muy próxima.
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