Cuando parecía que las aguas del diluvio ya estaban bajando, Noé abrió la ventana del arca y miró hacia afuera. En verdad, al igual que al ingresar al arca por orden Divina, Noé no podía abandonar el arca hasta que Di-s le instruyera hacerlo, así que, ¿Cuál era la idea de abrir la ventana y mirar hacia afuera? El diluvio es símbolo del exilio,
cuando nos vemos inundados por pensamientos extraños y problemas perturbadores. Al igual que Noé, no debemos esperar a que Di-s nos diga que abandonemos el exilio, debemos hacer todo lo que nos sea posible para vivir en un estado de libertad y abandonar el exilio en un sentido espiritual y así concretar la llegada del Mashiaj.
(El Rebe de Lubavitch - Sefer HaSijot 5745)
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