es precisamente merced a ella que nos hacemos acreedores a la Redención. No obstante, el hecho mismo de que el "enano" se encuentre encima del "gigante" no resulta de los logros personales del primero, sino de que el gigante coloca al enano sobre sí. Por lo que no cabe preguntar: "¿Cómo llega el enano a estar encima del gigante, si la generación no es mejor que las precedentes?", pues así lo ha determinado el Creador, bendito sea.
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