Nuestros Sabios enseñan (Talmud Ierushalmi, Berajot 2:4) que Mashiaj nació el nueve de Av, un día trágico en la historia judía, en el cual el Templo fue destruido, entre otras calamidades. Pero, esta no es una lección de historia. Esto nos enseña que la destrucción y la renovación están inexorablemente conectados. Todo el propósito de la oscuridad es revelar la luz; el propósito del exilio es
que podamos experimentar la verdadera liberación en la era Mesiánica. Cada año, este mensaje es renovado el noveno día de Av, con la energía adicional del Mashíaj impregnando al mundo y generando nuevos ímpetus para su llegadaE.
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