en los principios de fe: "A pesar de que se demore, lo esperaré a él cada día que venga". Más aún escribe Maimónides al principio del capítulo 11 de Leyes de Reyes del libro Iad HaJazaká que trata la cuestión Mashiaj: "Y quien no cree en él o no aguarda su llegada, no solamente del resto de los profetas él reniega sino de la Torá y Moisés nuestro maestro". Vemos no solo la importancia de su creencia sino también su espera. Son conocidas las palabras del Talmud (Shabat 31 A) sobre
lo que se le pregunta al alma en el día de su juicio: ¿Esperaste la salvación?. Puede un iehudí creer en los 13 principios de fe, ocuparse todos los días de la Torá y las Mitzvot en plenitud, pero si no tiene esperanza en la llegada del Mashiaj y en la salvación de Israel, estará avergonzado frente al reclamo Divino: "¡Esperaste la salvación!". De aquí vemos que la Torá exige que tengamos un sentimiento real de esperanza en la llegada del Mashiaj, sumado a la fe esencial en él. La esperanza, simplemente, demuestra el nivel de la fe. Es natural, que el creyente en la redención esperada y conocedor del porvenir maravilloso, anhele fervientemente el momento aguardado. Así dice en los profetas (Ieshaiahu 30,18): "Dichoso quien lo espera a él". Es decir feliz la persona que aguarda la llegada del Mashiaj. Un iehudí que dice tener fe en la llegada del Mashiaj, pero no tiene esperanza de esto, atestigua sobre si mismo que su fe es endeble, una fe carenciada, como fuera; pues sí no es así, como es posible que no haya en su alma una esperanza encaminada al gran día por venir ?. Un iehudí creyente de este bien maravilloso, que le aguarda al pueblo de Israel, al mundo entero y a la Shejiná (Pues también la revelación Divina está exiliada y será redimida de la misma forma), ¿Cómo es posible que no este lleno de una tremenda esperanza de ver la llegada del Mashiaj ? Por ello cuanto mas aguarde su llegada, esto atestiguará sobre si mismo que su fe en la llegada del Mashiaj es completa.
La importancia de la esperanza no solo radica en lo antes mencionado. La esperanza acelera y acerca la redención. Hashem quiere que la redención venga como una lluvia que calma a una tierra sedienta y no caiga sobre un terreno indiferente. Cuando nosotros aguardamos la redención y la pedimos, aceleramos su llegada. En el Midrash Ialkut Shimoni dice: "Si hay una generación que aguarda mi reinado, enseguida serán liberados". El Jida explica que la esperanza es un gran mérito que tiene el pueblo de Israel. Pues cuando pedimos la redención puede haber una demanda en contra que sostenga que no tenemos méritos suficientes. Pero cuando esperamos y aguardamos la llegada del Mashiaj, somos merecedores de su concreción por el hecho de tener esperanza. El Jida se apoya en otra cita del Midrash Ialkut Shimoni: "Inclusive no tengan sino la esperanza, les corresponde la redención en recompensa a ello". Los sabios concluyen, que al final del exilio, espera Hashem que el pueblo de Israel se unifique en un gran clamor por la llegada del Mashiaj. Quizás esta es la explicación a la situación durísima que vivimos, en la cual no se ve una solución a reglas naturales. Debemos comprender que nuestra salvación puede venir solo a través de la redención verdadera y completa y cuando la esperemos y la pidamos, la enviará Hashem con velocidad.
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