pero no se lo dio a su hijo, él cuidó esta ropa y solo en “ocasiones lejanas y sabidas” se lo mostraba a su hijo, diciéndole, que si se comporta adecuadamente, lo recibirá. Así acostumbró el padre a su hijo a dirigirse en el camino recto, hasta que este se convierta “como naturaleza” en su alma y entonces el hijo recibirá la ropa. El motivo por el cual el padre (el Santo Bendito Sea) le dio a su hijo (el pueblo de Israel) un ropaje valioso (el Beit Hamikdash) una primera y segunda vez, a pesar de que sabía que lo rasgaría, mientras que la tercera vez le exigió que se dirigiera en el camino recto y que lo enraizara “como naturaleza” en su alma es porque la esencia del tercer Templo es la eternidad y la existencia por siempre. Como dice el Zohar (Pinjas 221a), sobre el versículo “Si el Señor no edifica la casa, en vano trabajan los que la edifican”, que la primera y segunda Casa eran “construcciones de los hombres, que no tienen ninguna consistencia”, pero el tercer Templo, será una construcción del Santo Bendito Sea y existirá por siempre.Esto aparece en muchas fuentes, que están conectadas con el tercer templo y su existencia eterna. El Talmud (Pesajím 88a) describe, que con respecto a Abraham es nombrado el lugar del Santuario como “monte” (“En el monte de Hashem será visto”), con respecto a Itzjak, con el de “campo” (“y salió Itzjak a conversar en el campo”), mientras que con relación a Iaakov el lenguaje es “casa” (“y llamó el nombre del lugar casa del Señor”), ya que Iaakov está conectado con el tercer Beit Hamikdash, que se encuentra en un nivel de ‘casa’ que se establece fija y no en forma temporaria.
Colabora con la difusión de Mashíaj y dona a través de PayPal al usuario vienemashiaj@gmail.com