La respuesta es el versículo
וְאָנֹכִי הַסְתֵּר אַסְתִּיר פָּנַי
Anoji aster astir panai
“Ocultar, yo ocultaré mi rostro” (Devarim 31:18).
Comentando acerca de la repetición en la Torá de la palabra “ocultar” en el versículo, el Baal Shem Tov enseña: Llegará un tiempo al final del exilio cuando el ocultamiento
de Di-s será de doble naturaleza. No solamente Él estará “oculto” dentro del mundo físico, sino también Su ocultamiento será tan grande que la gente dejará de pensar que hay algo oculto!
De todas formas, no hay ocultamiento capaz de separar al judío de Di-s. El mismo "Anoji“ (Yo) que oculta Su rostro es el mismo “Anoji" -(Y) que pronunció los Diez Mandamientos y que vive en el corazón de cada judío.